Contando la Historia... Israel Quintanilla
Publicado en Martes, 09 Octubre 2007 10:34
Entre silencio y silencio y la mirada perdida en el pasado, continúa su relato: “De chiquito me gustaba el fútbol, pasaba muchas horas en la cancha… Yo fui a la escuela ya grande porque no podía hablar bien. Estudié hasta tercer grado, no me gustó mucho el estudio, me agradaban más las actividades prácticas… cuando tenía 15 años murió mi papá. Tuvimos una educación muy estricta. Fuimos una familia muy unida y solidaria, entre hermanos nos prestábamos los zapatos y la ropa.”
“Luego comencé con la preparación militar como en el 80. Iba a salir a Vietnam a prepararme militarmente, pero llegué tarde al conecte que tenía. Así que me quedé. Ya en las milicias fui jefe de un pelotón y de una columna guerrillera, también estuve mucho tiempo coordinando las comunicaciones del frente”. Ya no le queda café en la taza y empieza a jugar cambiándosela de mano, la plática es más fluida.
“De las cosas más difíciles que recuerdo en el frente es cuando estaba en un curso militar, había caído una gran tormenta ese día, habíamos caminado horas y horas por un zacatal, el pantalón que andaba, el único que tenía, se me deshizo, no tenía otro. Me tocó que aguantarme, hacerle huevos.” Las facciones de su rostro se endurecen, su semblante es ahora serio. “Otro momento difícil y el más crítico fue el 13 de mayo de 1988, me paré en una mina y sufrí la amputación de la pierna. Mi ánimo decayó bastante. Me sentí algo derrotado. Un amigo llegó a visitarme y cuando me vio me dijo: vos te ahuevas porque las cipotas ya no te van a hacer caso, pero así te van a querer hombre. En realidad, yo había pensado en tantas cosas pero no en eso. Así que cuando me lo dijo me dio más tristeza.”
“Herido estuve preso en San miguel. Después fui parte del grupo de lisiados/as de guerra que se tomó, durante 45 días, catedral. Nuestra petición era que nos mandaran para Cuba a recibir atención Médica. Finalmente lo logramos, fuimos a la Isla y recibimos tratamiento.”
“Nuestro regreso fue en 1992, después de la firma de los Acuerdos de
paz. Regresar era nuestra máxima aspiración. Pero la pregunta era qué
íbamos a hacer al venir al país. Siempre había dependido de mis padres,
después del partido, no sabía cómo conducirme como persona.”
Deja la taza sobre el escritorio y cuenta una nueva etapa de su vida.
“Entre 1992 y 1997, me quedaba unos días en San Carlos Lempa y otros en
Apopa, donde mi familia. Hasta que a finales del 97, me puse de
acuerdo con mi señora…Para mí era difícil la vida familiar porque no
había tenido una vida hogareña, ni una vida de noviazgo, dije como mi
papá: a esta señora me la consigo para un rato, pero ya tenemos un niño
de 7 años. Tuve suerte porque me conseguí una mujer muy laboriosa,
responsable dedicada a la familia. Eso nos ha permitido hasta la fecha
estar juntos. Él reto más grande que tenemos es educar a nuestro hijo
para que puede salir adelante y sea una persona de bien. Por ratos digo
este cipote quizás es mío, porque es bien rebelde.” Se ríe a carcajadas.
“Ahora, mi tiempo lo ocupo para ir a la parcela que tenemos con mi
señora, a ver las chivos, las vacas. Cuando yo no puedo, mi señora se
encarga de eso, si no fuera así no podría realizar las actividades que
ALGES me demanda.”
Se
apresura a terminar la conversación. “Mi historia con ALGES comenzó en
el 98, Jesús Ávalos (Fredy) visitó mi casa. Me platicó sobre lo que era
ALGES. Acababa de pasar el Huracán Mitch y me preguntó qué era lo que
necesitaban con más urgencia los compañeros. Nos apoyaron y la mara se
motivó, hicimos una primera reunión y decidieron que me quedara en la
directiva. Otra vez pensé, como mi papá decía, que era para un rato y
ya vamos a cumplir los diez años como Asociación”.
“Creo que las/os lisiados somos útiles todavía, el hecho de que un
compañero tenga una discapacidad no significa que no pueda aportar como
persona, en su vida familiar, en lo laboral y en la sociedad en
general. Tenemos grandes retos todavía…y organizados en ALGES los
alcanzaremos.” Se levanta apresuradamente y se retira a una reunión
para atender asuntos de la Asociación.
“Me defino como una persona sencilla, humilde y con aspiraciones de que
un día hayan cambios reales en la sociedad para que todas y todos
tengamos una vida digna”.
“¿Chiquillada? me lo pusieron en la guerra. Yo le dije a un compañero
manoeyegua, le molestaba que lo llamaran así, por fregarlo le dije,
pero por poco me da unas pescozadas. Pero yo le salí más bravo, por
poco se arma un safa rancho. Después él, en una formación militar, me
gritó chiquillada y así me quedó.”
Al preguntarle sobre las siguiente palabras, contestó:
Guerra: Que no haya otra
Lisiado: producto del conflicto armado
Compañero: de lucha
Lucha: siempre por defender nuestros derechos
Derechos: hay que exigirlos
Justicia: hay que luchar por ella
Amor: palabra con un significado extenso
Paz: Es la que pedimos todas/os
ALGES: organización que está y estará para defender los derechos las/os lisiados
FMLN: Partido que puede realizar los cambios
ARENA: El mal más grande